Gran parte de las propagandas de las nuevas campañas políticas apelan a nuestras emociones, a volverse a enamorar, unir con la política, volver a creer, caminar distinto, sentirse una sola nación, elegirse. Pero, ¿dónde están las verdaderas propuestas políticas?
Parece que el concepto de Marketing Político está instaurado en los partidos, esto es: Realizamos un análisis poblacional, determinamos necesidades y desarrollamos un producto que en este caso se llama “personaje político” y luego lo comunicamos.
¿Cómo es o debería ser esa comunicación? bueno, debe ser concreta y directa a nuestro target, convencer y generar una acción. Poesía del marketing que barre con las ilusiones partidarias de muchos corazones militantes.
Así se construye una figura política.
Luego todo gira en torno a esa construcción, desde la forma de caminar, de hablar ante la cámara, los eventos, apariciones públicas, las gráficas, los audiovisuales, la pauta en medios, etc. Cientos de cuestiones que construyen ni más ni menos que una “Marca”; logrando que los que hoy se encuentran en la duda sobre su posición de voto, lleguen la góndola oscura y decidan qué producto consumir.
Demanda Social y oferta política: ¿Dónde quedó la claridad del mensaje?
Qué comunicamos, cómo y dónde serán cuestiones básicas para la efectividad de la campaña. Desde hace unos años, y como emblema de ello la estrategia de Obama, los medios digitales se convirtieron en un lugar más que importante para la comunicación política. Videos patrocinados, banners en medios digitales, imágenes y mensajes compartidos en Facebook, campaña vía Twitter, son algunos de los elementos que podemos ver especialmente en estas semanas.
Ahora bien, qué sucede cuando más allá de que nos reconozcamos en un chiste o en un mensaje emotivo, queremos saber exactamente que se propone? No mucho. Casi no hay mensajes claros en cuanto a propuestas y sumado a que en internet la información es excesiva, la comunicación se distorsiona.
En la búsqueda de propuestas y candidatos en Google, son pocos los que priorizan una comunicación ordenada. De hecho es sorprendente por ejemplo la escasez de campañas en Adwords ya sea para búsquedas relacionadas al partido, al nombre del político o bien a la simple consulta “que se vota en 2013” que es una consulta que recibe en promedio unas 2500 búsquedas en los últimos meses y que seguramente aumentará su tasa de consulta en estos días.
Algunos políticos no llegaron a evitar los resultados de búsqueda negativos. Claramente googlear a un postulante y que el tercer resultado de búsqueda hable de corrupción puede cambiar la voluntad de voto. Tener en cuenta estos asuntos con unos meses de anticipación permite hacer campañas de reputación web en Google.
Remarco especialmente el tema de Google como medio clave para campañas políticas más claras, dado que permite que ante la búsqueda de información de los votantes, los partidos respondan de manera oficial y den a conocer sus propuestas.
Muy pocos postulantes tienen hoy propuestas concretas que aparezcan ante consultas en buscadores y que se relacionen con la campaña que están realizando. Claramente, un desperdicio que puede ser perjudicial para la imagen que buscan construir y una primer ausencia ante la demanda.